La palabra "Electrón" es una combinación de las palabras electricidad y del sufijo griego patrón.
Es una partícula subatómica con una carga eléctrica elemental negativa; tiene una masa aproximadamente de 1836 veces menor a la de un protón.
El concepto de electrón fue establecido desde 1894 por el físico irlandés George Johnstone Stoney, para describir la unidad de electricidad fundamental, pero fue hasta el 30 de abril de 1897 cuando Joseph John Thomson lo describió como una partícula, en una conferencia impartida en la Royal Institution (Londres).
Los electrones, junto con núcleos atómicos formados por protones y neutrones, conforman los átomos, sin embargo, los electrones contribuyen con menos de un 0.06% a la masa total de los mismos.
En 1896, (un año antes de anunciar el descubrimiento del electrón) Thomson realizó varios experimentos que indicaron que los rayos catódicos eran realmente partículas únicas, ni ondas, ni átomos ni moléculas, tal como se creía anteriormente. En 1906 recibió el premio nobel por el descubrimiento del electrón.
Antes de que Thomson descubriera el electrón, Johann Wihelm Hittorf empezó a estudiar la conductividad eléctrica de gases enrarecidos.
En 1869, descubrió un brillo emitido desde el cátodo que aumentaba de tamaño cuando el gas disminuía de presión. En 1876, Eugen Goldstein mostró que los rayos de ese brillo proyectaban una sombra, y los denominó rayos catódicos. El químico y físico inglés William Crookes desarrolló el primer tubo de rayos catódicos con un vacío elevado. Entonces mostró que los rayos luminiscentes que aparecían dentro del tubo llevaban energía y que iban del cátodo al ánodo. Además, aplicando un campo magnético, Crookes fue capaz de desviar los rayos, con lo cual demostró que el haz se comportaba como si estuviera cargado negativamente.
La carga del electrón fue medida con más cuidado en 1909, por los físicos estadounidenses Robert Millikan y Harvey Fletcher.
Realizaron un experimento que le denominaron la gota de aceite, cuyos resultados fueron publicados en 1911. Este experimento usaba un campo eléctrico para evitar que una gota de aceite cargada cayera como resultado de la gravedad. El aparato era capaz de medir la carga eléctrica tan pequeña como de 1 a 150 iones con un margen de error del 0,3 %.
Este tipo de experimentos ya los había tratado de realizar Thomson y otros más para medir la carga del electrón.
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